El título tiene sentido si tenemos en cuenta que nos referimos a la cola
del gato. Además de poseer un lenguaje expresivo y un vocabulario muy amplio
-se calcula que hay un centenar de “miaus” distintos- el gato también goza del
privilegio de tener una cola finamente expresiva, y por el modo de moverla se
pueden entender un montón de cosas.
A continuación vas a leer algunos ejemplos:
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Cola alta y recta: el gato espera algo agradable de nuestra parte (una
caricia o comida).
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Cola alta con la punta vuelta hacia un lado: significa que está contento de
volver a verte.
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Moviéndola con calma: le gustas vos y le gusta el sitio.
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Cola baja casi entre las patas: le gustas poco y te está vigilando.
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Moviéndola rápidamente: se dispone a atacar.
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Cola hinchada: el gato está asustado.